La dama de negro
La noche era tranquila en el valle de corralejo, hasta que el reloj del campanario marco las doce de la noche, la luz de la luna ilumino completamente el panteón que se encontraba cerca de la parroquia del pueblo, cada campanada que marcaba el comienzo de la media noche era seguida por un lamento sollozo y desesperado que procedía de una de las tumbas de ese viejo panteón, al sonar la ultima de las campanadas de una de las tumbas se veía salir una sombra femenina cubierta por un velo negro y sosteniendo en una de sus manos un sobre antiguo y aun serrado por un cello de cera, la penante mujer salía del panteón pasaba por enfrente de la parroquia y caminaba por entre las calles y callejones del pueblo hasta llegar a la calzada principal, el valiente que se atrevía a mirar por su ventana a la hora que esta dama pasaba por las calles del pueblo quedaba completamente paralizado pues esta volteaba hacia donde se encontraba el curioso individuo se acercaba hacia el y este sin poder correr o gritar, veía como la extraña mujer tomaba el velo que llevaba en la cabeza y se desprendía de el para mostrarle su verdadero rostro, un rostro sin piel que dejaba ver los huesos del cráneo y los pocos músculos que quedaban pegados al cráneo, de su boca emanaban gusanos como si vivieran dentro de ella y de sus ojos escurría sangre en forma de lagrimas, por ultimo el asustado individuo escuchaba un fuerte lamento que parecía proceder de la garganta de la mujer y después de esto el individuo caía rendido por el miedo o la impresión.
Al llegar a la calzada principal la mujer se arrodillaba frente a una antigua casa y después de varios minutos se introducía en esta para desaparecer, las mañanas después de la aparición de esta mujer las calles por las cuales había pasado quedaban impregnadas por un olor putrefacto y gotas de sangre las cuales no desaprecian por mas que las personas las lavaran.
El valiente que se introducía en la casa para ver lo que pasaba con la mujer corría la misma suerte que el curioso que osaba asomarse por la ventana durante su peregrinación. Estos sucesos se repetían noche tras noche hasta que un día al pueblo llego un viajero que se instalo en la posada del pueblo al caer la noche el viajero se dio cuenta de lo que estaba pasando y salio a la calle a ver lo que estaba ocurriendo, cuando vio a la mujer arrastrándose enfrente de la casa el solo se oculto y observo lo que la mujer hacia, en cuanto la mujer se introdujo en la casa este la siguió y vio como la mujer atravesaba cada una de las habitaciones hasta llegar a la recamara principal donde esta desaparecía detrás de una pared el hombre volvió sorprendido a la posada y en cuanto salía de la casa escucho un susurro que le pedía ayuda un escalofrió tremendo recorrió el cuerpo de ese hombre y en cuanto se volvió para ver lo que había detrás de el, vio sorprendido el rostro de aquella mujer la cual se encontraba llorando, el hombre no pudo pronunciar ni una palabra cuando vio que la mujer le hacia señas para que la siguiera el hombre se armo de valor y se introdujo de nuevo en la casa la mujer lo guió hasta la recamara principal donde esta le indico que moviera un viejo candelabro que se hallaba en la habitación cuando este movió el candelabro se abrió una puerta en la pared y la mujer entro en ella cuando el hombre se introdujo en la habitación encendió una vela y vio lo que había dentro era un estudio secreto donde había libros antiguos y un escritorio viejo la mujer señalo uno de los cajones del escritorio y el hombre lo abrió dentro había una carta en la cual se explicaba la ultima voluntad de una mujer la cual había muerto durante la guerra civil y había sido torturada para que confesara la localización de su esposo y su familia los cuales eran las personas que encabezaban la resistencia a las tropas enemigas la mujer murió con tanto dolor y sufrimiento que no podría descansar hasta que sus familiares cumplieran sus ultimas peticiones, el hombre tomo la carta y se dio a la tarea de buscar a lo que aun quedara de la familia de esa mujer pues ya habían transcurrido doscientos años de su muerte, lo ultimo que se supo de la dama de negro fue que después de esa noche las campanas de la parroquia suenan sin ningún suceso anormal y que al final pudo descansar en paz sin pena ni sufrimiento pues sus ultimas peticiones habían sido cumplidas.
Esquivel Franco Luis Abraham 2º f
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